Corazón del cielo, corazón de la tierra: que las huellas de nuestros pies no las borren los vientos, que el camino que nos lleve hacia el amanecer sea fuego y luz en los sueños.
Humberto Ak’abal
¿Cómo evocamos y vivimos desde las dimensiones despiertas de quién somos?
Mi trabajo se basa en la comprensión de que somos mucho más de lo que comúnmente se nos hace creer. Al igual que una semilla contiene en su interior la vital información requerida para desarrollarse en un vibrante árbol, la semilla humana resguarda las fértiles condiciones para florecer en plenitud. Vistazos de esta plenitud han inspirado mi servicio para aliviar el sufrimiento, al tiempo de celebrar un marco integrador para honrar de mejor manera la condición humana.
Anclado en el corazón, mi enfoque es inclusivo, honesto y compasivo, con el objetivo de equilibrar las necesidades personales y la actualización de nuestros potenciales, a menudo ocultos, que conducen a nuestro florecimiento y realización.
¿Cómo desarrollamos una relación más amable y sana con nosotros mismos y nuestros seres queridos? ¿cómo reconectamos con la sabiduría de la naturaleza y aprendemos a dejarnos llevar por el Misterio sanador en el corazón de las cosas?
Tres áreas interconectadas han de ser atendidas si queremos hundir nuestras raíces en un suelo fértil y extender nuestras ramas para alcanzar el cielo:
Cultivar un sentido maduro de identidad junto con la guía del mundo natural y la presencia sanadora del Misterio que nutre toda creación sirven como una potente trinidad que ofrece incomparable guía y apoyo. Esta trinidad –Humano, Tierra, Espíritu– sirve como fuente y mapa de ruta que conduce hacia una vida llena de significado y propósito, belleza y bondad.